En diciembre del 2010 un conjunto de organizaciones de ganaderos, comerciantes de carne, detallistas y veterinarios, firmaron voluntariamente una declaración escrita para establecer que la castración quirúrgica deje de efectuarse de forma gradual, de aquí a 2018. Esta decisión anunciada por Copa-Cogeca, responde a las inquietudes que algunos grupos sociales habían manifestado acerca de las consecuencias negativas de la castración quirúrgica sin anestesia sobre el bienestar animal. Actualmente, existen tres alternativas a la castración física sin anestesia: la castración con anestesia, la producción de machos enteros y la inmunización frente al factor liberador de gonadotropinas (GnRF). La utilización de anestesia a partir de 2012 es uno de los compromisos voluntarios anunciados por Copa-Cogeca, como paso previo al abandono de la práctica en 2018. A continuación se describirán algunos resultados productivos y de comportamiento obtenidos en un estudio llevado a cabo en el IRTA-Monells, con cerdos inmunizados frente a la GnRF.
Se utilizaron 120 lechones de cruce entre cerdas híbridas Duroc x Landrace con verracos Pietrain homocigóticos recesivos al gen halotano (nn), 36 machos enteros (ME), 36 machos enteros para ser inmunizados posteriormente (MI), 24 castrados (MC) y 24 hembras (HE). Los cerdos de cada tratamiento se colocaron en corralinas de 12 animales con el máximo de uniformidad de peso y se inició su control productivo a partir de los 74 días de edad y se finalizó a una media de 176. A los 36 animales MI se les aplicaron dos dosis de 2ml de una vacuna inyectable por vía subcutánea, con 200 µg de proteína GnRF/ml en un sistema de suspensión acuosa, a la edad media de 77 y 146 días. Las variables productivas consideradas fueron el peso individual y los espesores de grasa y lomo dorsal medidos mediante ultrasonidos cada tres semanas, así como el consumo individual diario, registrado por estaciones de alimentación automática. Asimismo, se llevó a cabo un registro de la actividad y comportamiento sexual y agresivo de los 12 cerdos alojados en un corral de cada tratamiento. Los patrones de conducta considerados fueron la actividad / inactividad (que se anotó para cada animal cada 5 minutos durante los 3 períodos de observación de 2 horas diarias cada periodo), así como todas las interacciones agresivas o sexuales (que se observaron de forma continua durante 10 minutos de cada periodo).
En la tabla 1 se muestran los principales resultados productivos obtenidos en el estudio. Los MI presentaron un crecimiento e ingestión diarias superior a los ME, pero sus índices de conversión no se diferenciaron significativamente. En relación a los MC, los MI mostraron un mejor índice de conversión, pero el consumo y crecimiento diario y el peso final no fueron significativamente distintos. El espesor de grasa final de los MI fue inferior a los MC, pero superior al de los ME (12,84, 14,79 y 9,80 mm, respectivamente).
Tabla 1. Medias de las variables productivas evaluadas para los machos castrados (MC), machos inmunizados (MI), machos enteros (ME) y hembras (HE)
MC |
MI |
ME |
HE | |
Peso vivo (kg) | ||||
Peso inicial (kg) | 29,46 |
28,13 |
27,08 |
27,36 |
Peso en V2 (kg) |
85,63b |
87,67ab |
87,19ab |
89,56a |
Peso final (kg) |
119,09a |
122,74a |
111,97b |
108,76b |
Crecimiento diario (g/día) | ||||
Inicio a V2 | 928,16a | 840,76b | 836,46b | 869,26ab |
De V2 a sacrificio | 844,97b | 1160,04a | 825,32b | 679,71c |
Global | 898,32a | 936,55a | 835,68b | 802,93b |
Ingestión diaria (g/día) | ||||
Inicio a V2 | 2136,72a | 1761,95b | 1773,96b | 1873,37b |
De V2 a sacrificio | 2894,76b | 3446,65a | 2486,55c | 2417,69c |
Global | 2482,61a | 2355,57a | 2071,33b | 2096,76b |
Índice de conversión | ||||
Inicio a V2 | 2,31a | 2,10b | 2,12b | 2,16b |
De V2 a sacrificio | 3,43a | 2,98b | 3,20b | 3,78a |
Global | 2,76a | 2,51c | 2,48c | 2,48c |
V2: segunda inmunización; medias con distintos superíndices son significativamente distintas.
Cabe destacar que, coincidiendo con resultados presentados en otros estudios, los efectos de la inmunización fueron más evidentes a partir de la segunda administración. Este fenómeno se observa claramente en la figura 1 donde se representa la evolución del consumo. Se considera que los MI se comportan como enteros hasta la segunda administración del producto y que, de algún modo, el potencial anabólico conocido de los machos enteros en relación a los castrados beneficia a los MI al menos hasta este punto.
Figura 1. Evolución del consumo diario en los distintos géneros durante la fase final del engorde
Los patrones de conducta observados concordaron con los datos productivos, de tal manera que los MI mostraron un descenso en su actividad en comparación con los ME especialmente después de la segunda administración (figura 2). El número de agresiones tanto en el comedero como fuera fue superior en los ME comparado con los otros géneros (0,83 vs 0,0, respectivamente). El número de montas fue mayor en los ME que en los MI, especialmente dos semanas después de la segunda administración (6,5 vs 1,5, respectivamente). La conducta sexual y agresiva están influidas por los esteroides gonadales y su inhibición tanto después de la castración quirúrgica como de la inmunización frente a la GnRF explicarían estos resultados.
Figura 2. Porcentajes de actividad en las distintas semanas de observación.
En conclusión, los resultados productivos y de comportamiento encontrados en este estudio sugieren que la inmunización frente a la GnRF es una alternativa a la castración quirúrgica. Los MI conservaron las ventajas de los ME hasta la segunda administración del producto, de tal modo que su índice de conversión fue mejor que el de los MC. La actividad y el porcentaje de montas y agresiones se redujo tras la inmunización, especialmente a partir de esta segunda administración del producto.